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Las 10 mejores escenas de Ridley Scott

Ridley Scott es uno de los directores de cine británicos más queridos, que sigue ofreciéndonos su arte a la edad de 75 años, cuatro décadas después de realizar su debut en la pantalla con el infame anuncio para Hovis del niño y la bicicleta “Boy and bicycle”. Con su última película “El abogado del crimen” llegando a los cines del Reino Unido esta semana, hemos realizado un recorrido por sus 40 años de carrera en búsqueda de las 10 mejores escenas de Ridley Scott; y no son pocos los clásicos de los cuales podemos escoger...



10. El abogado del crimen(2013) – El narcisismo de Cameron Díaz

Es la primera película escrita por el autor de "No es país para viejos" Cormac McCarthy e incluye una escena inolvidable que seguro que dejará a todo el mundo boquiabierto. El personaje de Javier Bardem, el criminal Reiner, le cuenta al consejero sin nombre de Michael Fassbender la vez que la femme fatal Malkina, interpretada por Cameron Diaz, tuvo sexo con... su coche. A continuación, en una escena retrospectiva vemos a la Srita. Diaz montarse de forma seductora en el capó del Ferrari de Bardem para realizarse una espectacular mas... El hecho que la escena se incluyera sin propósito alguno añade aún más genialidad a la película.


9. Hannibal (2001) – Alimento para el cerebro

Estaba claro que en la secuela de Ridley Scott de El silencio de los inocentes iba a ser difícil estar a la altura del original de Jonathan Demme, pero tiene algunas escenas inolvidables, como la estremecedora secuencia de la cena en la que al agente del FBI Paul Krendler, interpretado por Ray Liotta, le dan de comer trozos de su propio cerebro. “¡Huele increíble! dice un drogado Liotta, ahí sentado con la tapa de los sesos levantada, inconsciente de que el delicioso aroma es el de su propio lóbulo frontal que se está friendo con ajo. Al menos le quedó el consuelo de haber disfrutado realmente de su última cena.


8. Los duelistas (1977) – Primer duelo

La primera película de Ridley es además una de sus mejores: este cuento sobre los 15 años de rivalidad entre dos oficiales franceses, Feraud, interpretado por Harvey Keitel, y D´Hubert, interpretado por Keith Carradine, tiene como telón de fondo las guerras napoleónicas sin dejar de ser una película intensamente personal e íntima. Cada enfrentamiento entre estos dos hombres es memorable, pero es la atmósfera de la primera lucha de espadas la que inicia la trama, cuando el arrogante francés de Keitel atraviesa de forma despreocupada a su oponente en un campo verde, inundado de barro y niebla. Una forma extraordinaria para Scott de comenzar su carrera cinematográfica.


7. La caída del halcón negro (2001) – Super Six One derribado

Nos hemos convertido completamente en inmunes a los dramas sobre accidentes de helicópteros gracias a directores como Michael Bay, de modo que ver caer del cielo un helicóptero y que aún signifique algo es todo un evento. Este es el evento catalizador en el relato de la batalla de Mogadiscio de Ridley Scott, ya que la caída del helicóptero Black Hawk provoca un incidente internacional en el centro de Somalia. El choque del helicóptero solo es el comienzo del drama, dado que los intentos de rescate de las fuerzas de élite del ejército americano llevan a más disparos y derramamiento de sangre. Scott dirige con un furor calculado que captura a la perfección las vivencias traumáticas de la guerra.


6. Cruzada (2004) - El asedio de Jerusalén

“Cruzada” fue criticada por la mayoría, pero se trata de una película que funciona en el corte ampliado del director, en el que Scott añadió aún más contenido al asedio principal de la película: una secuencia de bravura en la que Balian, Orlando Bloom, defiende los muros de Jerusalén. Esta escena épica se desarrolla en el transcurso de tres días, durante los cuales la fortaleza de Balian es bombardeada con carros de lanzamiento, torres móviles y un aluvión de soldados, y él consigue detenerlos el tiempo justo para salvar las vidas de los aldeanos. Aún siendo un supuesto “fracaso”, las escenas de batalla de “Cruzada” son incluso mejores que las de "El señor de los anillos".


5. Gángster americano (2009) – Russell contra Denzel

Es una escena que recuerda al enfrentamiento icónico entre Al Pacino y De Niro en Heat, las fuerzas gemelas del bien y el mal de “Gángster americano”, el incorruptible policía de narcóticos Russel Crowe y el jefe de los narcotraficantes Denzel Washington, disfrutan de un cara a cara mientras toman un café. El resultado es igual de explosivo, mientras que el policía de Crowe intenta persuadir al criminal de Washington, el intercambio es cauteloso al principio, incluso educado, hasta que Denzel tira el café de la mesa en la sala de interrogación y comienza a hablar en voz alta sobre la brutalidad de la policía de la que ha sido víctima toda su vida. Es una escena de tal tensión que justifica la decisión de mantener a los actores alejados el uno del otro durante toda la película.


4. Gladiador (2000) – Esto es entretenimiento

“¿Están entretenidos?” grita Máximo Décimo Meridio, tras matar el solo a sus últimos oponentes en la arena de combate de los gladiadores. Sí que los estamos, Máximo: No se trata del número de oponentes que consigue aniquilar sino del estilo con el que lo hace, moviendo la espada como si fuese una extensión de su cuerpo, y finalizando el combate con una decapitación con ambas manos que parece un movimiento especial sacado directamente de la película Mortal Kombat. Por último, y para rematar, lanza un sable hacia la tribuna real, un movimiento final que haría el espectáculo del Royal Variety Performance mucho más interesante.


3. Thelma y Louise (1991) - Que no nos atrapen

Realmente solo había una forma en la que podía terminar “Thelma y Louise”. Apaleadas, humilladas y abatidas por los hombres en sus vidas, Thelma (Geena Davis) y Louise (Susan Sarandon) deciden tomar las riendas de sus vidas convirtiéndose en prófugas de la justicia. Esta aventura termina con una persecución policial a través del desierto polvoriento de Arizona que termina justo antes de llegar al Gran Cañón. La decisión de “simplemente seguir adelante” no se toma a la ligera, y aunque haya sido el tema de muchas parodias, el noble final de las chicas te pone la piel de gallina.


2. Blade Runner (1982) – El último adiós de Batty

“Yo he visto cosas que los humanos ni se imaginan: Naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto Rayos-C centellando en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser.” El replicante Roy Batty sí que sabía dar discursos poéticos. Sin embargo, tras rescatar a Deckard, interpretado por Harrison Ford, de una muerte segura, las baterías de Batty se terminan y el fantasma se apaga con una despedida tan simple como abrumadora. “Es hora de morir.” Es un monólogo muy especial por el hecho que Rugger Hauer improvisó la línea "Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia." Scott sabía que tenía grabado algo bueno y lo dejó en la escena más emocional de la película.

1. Alien, el octavo pasajero (1979) – Reventando el pecho

Ridley Scott intentó capturar de nuevo en “Prometheus” el impacto visceral de la infame escena de “Alien” en la que el extraterrestre revienta el pecho, pero la secuencia Med-Pod carecía de algo crucial: el elemento sorpresa. Está escrito en todas las caras del reparto de la película transcendental de ciencia ficción de Scott de 1979: aunque sabían que la cena de John Hurt le iba a provocar repetir, no tenían ni idea qué es lo que estaba a punto de salir de su estómago, ni que iban a ser bañados en sangre, vísceras y entrañas. El grito ahogado de Veronica Cartwright de “¡Dios mío!” es un eco exacto de cómo nos sentimos: la escena del pecho reventado es una de las muertes más terroríficas, inolvidables y más icónicas de la historia del cine.